Es un reto común en todas las explotaciones ganaderas. La bioseguridad en producción animal se ha convertido en un requisito imprescindible para mantener el estatus sanitario, el control de enfermedades y la garantía al consumidor en cuanto a seguridad alimentaria.

Hoy en Agrigan, tenemos la suerte de entrevistar a César Cabetas, responsable en el servicio Técnico Industrial de Bayer y experto en bioseguridad animal, quien nos aclarará conceptos sobre bioseguridad y nos dará una visión global al respecto.

Se habla mucho sobre Bioseguridad. ¿Por qué es tan importante hacer hincapié en este asunto respecto al sector ganadero?

La bioseguridad en producción animal es un tema de capital importancia al que no podemos darle la espalda. Debemos tener en cuenta que las enfermedades en animales se traducen en grandes pérdidas económicas. Al final, apostar por bioseguridad es optimizar los costes de producción, ya que si tomamos las correctas medidas y hacemos uso de las buenas prácticas, incrementamos el bienestar animal, podemos reducir el riesgo de zoonosis y controlar las enfermedades.

Por lo tanto, como consecuencia de estas acciones, la bioseguridad repercute en la seguridad alimentaria, y en la sostenibilidad productiva, sanitaria y medioambiental del medio rural. Es decir, es una estrategia preventiva. Debemos referirnos a ella como una inversión y no como un gasto e implementarla como una pauta diaria de trabajo y manejo.

¿Es lo mismo hablar de Bienestar animal y Bioseguridad en producción animal? ¿Dónde reside la diferencia?

Nos encontramos ante dos conceptos diferentes pero complementarios y que, por lo tanto, deben caminar a la par.

Por un lado, cuando hablamos de bienestar animal, estamos hablando de las libertades que como ser vivo tiene los animales. Concretamente, se establecen cinco libertades fundamentales:

  • Libres de sed, hambre y malnutrición.

  • Libres de incomodidad ambiental.

  • Libres de dolor, daño y enfermedad.

  • Libres de miedo y estrés.

  • Libres para expresar sus pautas de comportamiento naturales.

Es decir, valorar su bienestar, es valorar su alimentación, el tipo de alojamiento, el estado sanitario y emocional.

Por su parte, la bioseguridad es la piedra angular del control de las enfermedades. Es decir, son un conjunto de barreras físicas, químicas y pautas de manejo que se implantan en una explotación con el fin de impedir la entrada, difusión y salida de agentes patógenos que pongan en peligro la salud de los animales, personas o la calidad microbiológica de sus productos.

Por lo tanto, a la hora de aplicar las medidas preventivas, los responsables de hacerlo (veterinarios, técnicos, transportistas, personal de granjas y mantenimiento etc.) deben adecuar siempre la bioseguridad al bienestar animal.

Animales, plagas, vehículos, el agua, el pienso, las personas… Todos estos agentes son posibles vías de transmisión. Pero ¿cuáles se consideran de mayor riesgo?

El momento de mayor riesgo para una explotación ganadera es la entrada de animales vivos. Después somos las personas, con nuestra ropa y botas. De ahí la importancia se saber la diferencia entre zona limpia y zona sucia. Posteriormente, son los vehículos, porque pueden transmitir enfermedades entre ganado de diferentes explotaciones ganaderas. Y en orden descendente, le sigue el aire, los roedores y pájaros, el alimento y finalmente, el uso compartido de equipo.

No obstante, para cuantificar mejor el nivel utilizamos una fórmula para calcular exactamente el riesgo que es P = 1-(1-p)n

P = RIESGO

p = riesgo de la ruta de transmisión

n = frecuencia de la ruta de transmisión

Gracias a esta fórmula, sabemos que un resultado P muy bajo, pero repetido muchas veces se convierte en un riesgo alto.

Para finalizar, ¿qué medidas imprescindibles deberían tomarse para mejorar el rendimiento y seguridad sanitaria de las explotaciones ganaderas?

Lo primero de todo es restringir el paso de vehículos dentro de la explotación. Asimismo, los transportes de animales vivo y derivados deben tener un protocolo de desinfección antes de su carga y descarga.

Seguidamente, es importante no entrar sin permiso en una zona de producción. Es por ello, que los conductores NO deben entrar dentro del perímetro de la granja. Si es preciso, se le debe proporcionar mono desechable y calzas o botas y acceder lentamente a través de vados y/o arcos de desinfección. Para controlar el acceso, se debe rellenar un libro de visitas.

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